La ética del clickbait: ¿vale todo por la audiencia?

Publicado el 26 de noviembre de 2025, 14:10

Sandra Moral Martín

Cuando el titular deja de informar y empieza a manipular

En la era digital el periodismo no solo compite por informar, sino también por captar la atención de los lectores en un mundo lleno de estímulos. Las redes sociales, las notificaciones, tendencias y algoritmos han transformado la manera en la que consumimos las noticias. Es ahí cuando nace el clickbait. Se crea una estrategia que utiliza titulares exagerados, ambiguos o emocionalmente cargados para atraer clics, aunque muchas veces a costa de la veracidad, el rigor e incluso la ética informativa.

Pero, la pregunta clave debería guiar cualquier análisis deontológico: ¿vale todo por conseguir audiencia?

En este artículo reflexionaremos sobre el impacto ético del clickbait y cuestionaremos si esta práctica es compatible con los principios fundamentales del periodismo.

¿Qué es el clickbait y por qué resulta problemático?

El término clickbait se refiere a titulares diseñados para despertar curiosidad de forma casi compulsiva, con información impactante y que en muchas ocasiones no se corresponde con el contenido real de la noticia. Algunos ejemplos frecuentes que podemos encontrar en muchos titulares son frases como:

- "No creerás lo que pasó después"

- "La impactante decisión que nadie vio venir"

- "Esto lo cambiará todo"

Este tipo de titulares es muy frecuente en el periodismo deportivo y en la prensa rosa. El problema no radica únicamente en el estilo llamativo, sino en crear expectativas falsas. cuando el contenido no cumple lo prometido se vulnera uno de los pilares fundamentales del periodismo; la veracidad. 

Este tipo de prácticas transforma la información en producto puramente comercial, subordinando el deber de informar al objetivo para obtener ingresos publicitarios y visibilidad. 

 

Análisis desde la deontología periodística

Desde una perspectiva ética, el clickbait entra en conflicto directo con varios principios recogidos en códigos deontológicos del periodismo.

1. Principio de veracidad.

El periodista tiene la obligación de ofrecer información precisa y fiel a los hechos. El clickbait tergiversa la realidad al prometer más de lo que se ofrece o al distorsionar el sentido real de la noticia, lo que genera una forma sutil de desinformación.

2. Responsabilidad social. 

Los medios no solo informan, también forman opinión. Cuando priorizan el impacto emocional sobre el rigor, fomentan una cultura de consumo superficial que debilita el pensamiento crítico del lector.

3. Respeto por la dignidad.

En casos de sucesos trágicos, violencia o temas sensibles, el uso de titular sensacionalista puede revictimizar, banalizar el sufrimiento o explotar el dolor humano para utilizarlo como gancho informativo. 

4. Independencia profesional.

El dominio de los clics y las métricas condiciona las decisiones editoriales subordinando el criterio periodístico a intereses económicos, lo que compromete la autonomía informativa.

Consecuencias éticas y sociales

La normalización del clickbait tiene efectos profundos que trascienden el ámbito periodístico

- Pérdida de confianza en los medios: el público empieza a percibir la información como manipulada o poco fiable.

- Superficialidad informativa: se fomenta el consumo rápido sin comprensión profunda de los hechos.

- Polarización: titulares extremos generan reacciones viscerales que alimentan divisiones sociales.

- Desprestigio de la profesión: se diluye la figura del periodista como garante de la verdad.

El resultado es un sistema informativo donde importa más el impacto y la visibilidad que el contenido. 

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¿Hasta dónde llega la responsabilidad del lector?

Si bien es cierto que los medios son responsables de sus prácticas, el lector también tiene un papel importante. cada clic valdia un modelo de negocio. Cada noticia compartida sin ser leída refuerza la lógica del titular engañoso. 

Por ello, la ética informativa no solo debe exigirse a quien produce, sino también a quien consume. Fomentar una ciudadanía crítica capaz de identificar titulares manipuladores, se convierte en un pilar para rescatar la calidad periodística. 

Debate abierto ¿precio inevitable o elección consciente?

Como en todo, aquí también existe un debate. Por un lado tenemos a los defensores del clickbait. Estos argumentan que sin visibilidad no hay periodismo, y que el titular impactante es una herramienta necesaria de competencia digital. Sin embargo, esta postura plantea un dilema: ¿podemos justificar la manipulación si genera beneficios económicos? ¿Cuál es el limite que no debe sobrepasar nunca un periodista?

Por el otro lado, tenemos la perspectiva de la ética. la respuesta apunta entonces que el fin no justifica sus medios, ya que con ello el periodismo deja de cumplir su rol tal y como está establecido en la constitución.

 

El clickbait no es solo una estrategia comercial, sino un síntoma de una crisis más profunda en el periodismo contemporáneo. El valor informativo compite con la lógica del espectáculo y el desafío actual es atraer audiencia sin renunciar a la ética. 

En un mundo saturado de información, informar con responsabilidad se convierte en un acto de resistencia.

De esta forma, tal vez la pregunta no sea si vale todo por la audiencia, sino ¿Qué tipo de periodismo estamos dispuestos a aceptar como sociedad?

 

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Comentarios

Ethics music (grupo 11)
hace 6 días

Nos ha gustado especialmente que no se haga una gran carga en toda la culpa de los medios, sino que también nos señales a nosotros, los lectores. Es un círculo vicioso: los medios publican basura porque nosotros hacemos clic en ella. Mientras el morbo siga siendo rentable, será muy difícil que las empresas periodísticas (que al final son negocios) cambien su estrategia por pura ética. Creemos que la solución pasa, como se apunta, por una alfabetización mediática mucho más fuerte. Debemos aprender a castigar el clickbait ignorándolo, para que deje de ser rentable económicamente. Solo cuando la calidad sea la que traiga visitas, cambiará el modelo.